Aún no me he acercado por el Ferial, pero por cierto, quédense con mi cara, que en la víspera de San Juan me dejaré caer por allí.
No quiera decir esto que no aprovechara este último domingo, mi día libre, para salir a mediodía por el centro (la llamada Feria de día) y templar entre mi paladar las primeras delicatessen de
Ostento la inmensa fortuna de contar con amigos y compañeros de otras comunidades autónomas, que me cuentan batallitas de cuando salen por sus localidades de origen, y acuden al típico bar de su pueblo, donde les venden un garrafón de armas tomar. La diferencia es que todos saben qué es lo que van a beber, taberneros y clientes, y la colonia casi imbebible se cobra a un precio que compensa el malestar y las cagaleras que se sufrirán al día siguiente.
En nuestra ciudad somos los últimos para muchas cosas pero parece que para la pillería siempre obtenemos matrícula de honor. El problema llegará cuando algún empresario, por llamarlo de alguna manera, dé un mal paso y por culpa del matarratas que ofrece a precio de oro muera alguien (algo que lamentablemente ya ha ocurrido en otras comunidades autónomas) entonces supongo que el Ayuntamiento de Badajoz,
Desde estas humildes páginas me veo en la obligación de denunciar tan lamentable y por otra parte nada sorprendente hecho, y pediros amigos, que compartáis aquí para todos, vuestras impresiones y experiencias, con nombres de casetas incluidos, a ver si podemos hacer algo. ¡Es que tiene narices que para tomarme un buen LOCH LOMOND tenga que hacerlo en mi casa, aunque sea en Feria!