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Enrique Falcó

ENRIQUE FALCÓ

Sin blanca Navidad

 

Enrique Falcó. El hermano blanco del GRINCH

Me gustaría que las Navidades volvieran a ser como de pequeño, pero ya soy más de Homer que del Hortera Papá Noel

Me gustaría que las Navidades volvieran a ser como de pequeño, pero ya soy más de Homer que del Hortera Papá Noel

 

Antes de nada, y para ir dejando las cosas bien claritas, les adelanto a riesgo de parecer hereje que las navidades nunca me han hecho especial ilusión. De acuerdo que de niño las disfrutaba un poco más por aquello de tener vacaciones en el cole y evidentemente  por los regalos. ¡Siempre en Reyes! En mi familia nunca nos cayó bien “Papá Noel”, o “El Tío Santa” de los horteras de los americanos.

 

 -¿Qué te han “echao” por Papá Noel?- Me preguntaban mis púberes amigos deseosos a su vez de enumerar la interminable lista de regalos obtenidos por tan dudoso personaje. – ¡Absolutamente nada por Dios! – Contestaba el menda casi ofendido ante tamaña  barbaridad. – En mi casa los únicos que vienen con regalos son Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente en la madrugada del 6 de Enero. – Es que en mi casa “preferimos” a “Papá Noel” porque así tenemos más tiempo para jugar con los regalos.- Trataba de justificarse cualquiera de mis amigos o compañeros de la escuela- Pues en mi casa no nos vendemos a un ceporro barbudo y hortera por unos cuantos de días.- Respondía quien suscribe muy digno.

 

¡Y es que es verdad! ¡Qué manera de exprimir las navidades en todos los sentidos! Todos por igual. Ciudadanos y sector comercial Me gusta reunirme con mi familia para cenar como a cualquiera, comer y beber algo más de lo habitual y pasar un rato agradable y divertido.

 

Quizás es lo único que me agrada de estas fechas, ya que si bien no a todas las familias les une el fervor de la fiesta religiosa sí es cierto que es una excusa ideal para poder disfrutar de la compañía de tus seres queridos, cosa muy de agradecer en estos difíciles tiempos, en donde cada uno se busca la vida donde y como puede, y muchas familias se encuentran desperdigadas aquí y allá. Lo que no soporto es ese estúpido e hipócrita espíritu de la Navidad que parece que todos estamos obligados a albergar en el fondo de nuestro corazón.

 

Quien es un “capullo” integral lo será siempre, cuanto más en Navidad, a pesar de que se ponga un gorrito del orondo yanqui y se prodigue a cantar villancicos dale que dale con la zambomba. Esa es otra, los malditos villancicos.

 

Hasta en el año 3000 celebran la Navidad.

Hasta en el año 3000 celebran la Navidad.

 

No teman, no pretendo aburrirles contándoles como estas composiciones musicales, otrora canciones profanas con estribillos de origen popular, han degenerado en piezas que únicamente hacen referencia a la Navidad.

 

Nunca echaré en cara a nadie que el día 24 de diciembre, e incluso el 25 a última hora, se canse de cantar y berrear villancicos a troche y moche. Ahora bien, fuera de estas fechas no tienen ningún sentido, ni antes ni después, a no ser que se trate de alguno específico de alguna fecha concreta, como ese que me gusta tanto que reza “Ya vienen los Reyes Magos…”.

 

El comité de Empresa, los sindicatos, o bien la misma justicia deberían intervenir para impedir que desde primeros de Noviembre nos bombardeen en centros y calles comerciales con Villancicos a toda castaña, bajo pena de reclusión menor. Es algo tan insufrible como cuando se aproximan las ferias en nuestras localidades y se llenan todos los bares de banderitas de “Tío Pepe” y solo se escuchan sevillanas a todo meter”

 

¿Pero qué sentido tiene escuchar Sevillanas por ejemplo en la feria de Zafra, Jerez de los Caballeros, Don Benito, Plasencia o en la de Badajoz? Ninguno. El mismo sentido del dineral gastado en iluminación navideña con la que está cayendo, y todo con objeto de impulsar el consumismo del despropósito.

 

Luego claro está, el tema del aguinaldo, que todavía algún cara se te presenta en casa, o en su defecto un grupo de chiquillos que en cuanto te das cuenta se te pone a cantar aquello de “A tu puerta hemos llegado 400 en pandilla…” ¡Horroroso! También con la excusa del “noche de paz noche de amor” asolan a tu puerta los personajes más variopintos. Sin ir más lejos el otro día se me presentaron a la hora de comer una extraña y joven pareja que era para echarles de comer aparte. Súper risueños y divertidos  me saludaron, él, con cara de soplapoyas pelmazo me ofreció su mano para que la estrechara, ella, con rastas, tatuajes y piercing me sonreía divertida. Me pidieron disculpas por si me habían interrumpido la comida, que así era, e incluso él exclamó con toda confianza – Oye, que si nos invitas nos quedamos jajaja. A todo esto yo, en pijama y cara de mala leche. Soltaron 4 chistes tontos y se identificaron como miembros de no sé qué ONG, a lo que al momento respondí – Gracias, no me interesa – inmediatamente torcieron el gesto y me inquirieron de mala gana – ¿No te interesa ayudar a la gente ahora que estamos en Navidad? – Con una medio sonrisa les di con la puerta en las narices no sin antes añadir- Yo solo ayudo a quienes se ayudan a sí mismo– ¡No te joroba!

 

Lo mejor de la Navidad es que suelen poner

 

Existe una canción del entonces grupo de George Michael, “Wham”, titulada “Last Cristmasque me encanta, y de la que muchos enteradillos dan por supuesto que es algo así como un villancico o una canción navideña. Nada más lejos de la realidad.

 

Con mi modesto inglés les ofrezco una rápida traducción del estribillo “En las pasadas navidades te entregué mi corazón pero tú lo regalaste al día siguiente. Este año, para ahorrarme las lágrimas se lo daré a alguien especial”. Tremendamente irónico, cruel y ligeramente “pasteloso”. ¡Quién lo iba a decir!  Como las navidades de ahora. ¡Oh, Sin blanca Navidad!

 

 Publicado en Diario HOY el 11/12/2011

Don de LOCH LOMOND

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