Enrique Falcó. Silbador en la intimidad Silbar, especialmente en público, siempre se me ha antojado como un impertinente ejercicio de “cateteo” y mala educación contenida. No digamos ya cuando alguien interpela a un conocido o amigo a través de silbidos en un recinto cerrado, como aquel que está recogiendo el rebaño o apremiando […]