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Enrique Falcó

ENRIQUE FALCÓ

¿Quién teme a 2013?

 

Enrique Falcó. Alguien que se mantiene en sus trece.

Aunque siempre he sentido simpatía por él, el número 13 parece estar asociado a la desgracia.

Aunque siempre he sentido simpatía por él, el número 13 parece estar asociado a la desgracia.

Siempre he sentido simpatía por el número 13, y me despierta algo de risa amén de cierta lástima aquellos que no se atreven a pronunciar esa cifra fatal del calendario, como si se refirieran a “Quien tu sabes” o “aquel que no debe ser nombrado” en los libros de Harry Potter, que ya saben que me gustan a mi las aventuras de mi tocayo mago más que comer alitas de pollo a la brasa con la salsa picantona que he aprendido a hacer viendo a Alberto Chicote en “Pesadilla en la cocina”.

 

Nunca he sido supersticioso, entre otras cosas porque siempre me ha parecido una gilipollez como un templo. La primera vez que tuve constancia de que existía la mala fortuna fue cuando pasé sin darme cuenta debajo de una escalera. No sé si fueron mis primos o algunos de mis amigos quienes muertos de miedo me auguraron la peor de las desgracias. Aquello era tan estúpido que no se sostenía, pero ¿y si precisamente por eso era verdad? ¿Quién era el menda a sus pocos años para burlar los designios del destino así como así?

 

Como me gustaba aquel Conde Drácula de Barrio Sésamo al que le pirraba contar.

Como me gustaba aquel Conde Drácula de Barrio Sésamo al que le pirraba contar.

 Así que, algo intranquilo decidí solucionar el asunto de la única manera posible. Según me contaron, por lo visto había que volver a pasar debajo de la escalera caminando de espaldas. Fue en ese momento cuando casi tropecé y estuve a punto de darme un culazo interesante. Aquello si que hubiera sido una desgracia para mi señor culo. A partir de ese momento decidí que las supersticiones me chupaban un pie, como a Manolito “Gafotas”, y que no solo no las temería, sino que me enfrentaría a ellas con cierto despojo y descaro, y por qué no, con algo de cachondeo, choteándome de los estúpidos que se asustan al ver un gato negro o de quienes son capaces de saltar y romperse la crisma para no les barran los pies accidentalmente, evitando así en ansiado casorio.

 

Lo de la simpatía al 13 ayuda quizás que durante mis primeros años de escuela en el General Navarro yo era el alumno número 13.

 

Suena a título cinematográfico, pero era tan real como la vida misma. Puede parecer una chorrada pero en mi época de estudiante lo del número no era ninguna tontería. Cuando los maestros decidían sacar a algún alumno a la pizarra a recitar la lección siempre se valían de sortear los números, y aquel que correspondiera con su número en clase estaba condenado al fracaso. O por el contrario, cuando hacían llegar a nuestra clase entradas para el C.D. Badajoz, el circo o el cine, también se valían de este método para regalarlas entre los alumnos.

Parece que la gente le tiene miedo al 13 de la manera más tonta, y están convencidos de que el año que viene será un año difícil y más duro que este 2012 si cabe. Voy a confesarles un notición: El que piense lo contrario no es consciente de los tiempos que vivimos o es un optimista nato y soñador. Pero no porque vayamos a comenzar 2013, sino por las circunstancias en las que nos vemos obligados a desenvolvernos en estos duros tiempos. Si el año inminente supusiera por ejemplo 2015 o 2021, no creo que nuestras expectativas fueran a cambiar.

 

Ha sido un año difícil, casi para olvidar. Me acuerdo con cierta nostalgia cuando comenzó todo esto de la crisis, en los meses previos a las elecciones de 2008, cuando algunos la veían venir y otros no supieron o no quisieron verla, y la negaron bastante más veces que las tres que San Pedro negó a Cristo. Los más supersticiosos dirían que con la que nos ha caído encima seguro que la negaron 13 veces. Recuerdo que el último trimestre de 2009 fue horrible, y algunos agoreros nos recordaban que esto no era para tanto. “¿Y os quejáis de este año?-  decían algunos con guasa “Pues veréis 2010, veréis”.

 

Es curioso pero nunca dijeron nada de 2011 ni 2012, y han sido si cabe, años bastante más desgraciados en todos los aspectos. Desde luego, política y económicamente, este ha sido un año decepcionante, para nuestro país y nuestra región. Aunque como siempre, quien suscribe prefiere quedarse con las cosas buenas.

 

Mortadelo también da el salto al mundo digital... igual que Don de Loch Lomond. ¡Los grandes siempre en cabeza!

Mortadelo también da el salto al mundo digital... igual que Don de Loch Lomond. ¡Los grandes siempre en cabeza!

De acuerdo que a la mayoría no nos va todo lo bien que nos gustaría, y que casi no podemos obtener ningún tipo de ocio sin empeñar la muela de oro, como hacía Filemón en los cómics de Mortadelo, ni prácticamente nos dejan ya caer enfermos, cuanto menos estudiar. Comer nos cuesta más que nunca, tanto fuera como en casa, y hablando de cuestas, se nos hace más cuesta arriba que nunca atender a nuestras facturas y préstamos.

 

Pero estamos vivos señores, que después de todo es de lo que se trata. Como todos ustedes, tengo amigos, familiares y compañeros que se han quedado sin trabajo, sin negocio e incluso sin casa, pero la vida sigue. Cualquier problema que exista, por muy grave que parezca, puede tener solución, excepto la muerte, esa puñetera mal nacida contra la que comenzamos una larga carrera de obstáculos desde el momento en que nacemos y que siempre acaba en favor de La Parca.

 

No teman al año que se nos presenta cuando aun nos queda toda la jornada de mañana para despedir este 2012 con un hasta nunca. Nos quedan 365 días para plantarle cara. Fíjense, de momento uno menos que este último.

 

¡FELIZ 2013!

¡FELIZ 2013!

 Personalmente el menda siempre lo recordará como el año en que publicó su primer libro, “Don de Loch Lomond”, que incluso ya puede adquirirse en formato digital. Espero poder recordar 2013 como el año en que me hice inmensamente rico con los dólares ganados con la venta de mis libros o en el que me convertí en el nuevo Chicote, pero sea como fuere, allí estaré cada domingo para intentar que mis queridos y desocupados lectores de HOY, disfruten su primera taza de café con alguna que otra sonrisa. ¿Quién teme a 2013? Agoreros y supersticiosos… ¡Absténganse!

 

 

Publicado en Diario HOY el 30/12/2012

Don de LOCH LOMOND

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