Creo recordar que sería el verano de 1996 cuando mi novia y yo, aúncasi adolescentes, paseábamos por los alrededores de las obras de los inminentes multicines que iban a construir en Valdepasillas. Como cualquier pareja de jóvenes de mediados de los 90 en Badajoz experimentamos una gran alegría: El cierre del Cine Conquistadores (hoy en día Bingo Conquistadores) había reducido la oferta cinematográfica de la ciudad considerablemente. No quedaban más que el viejo Teatro Menacho, del que ya se preveía su final y los Multicines Avenida de San Roque (hoy centro Cultural, llamado COC, donde hace escasos días se celebró la entrega de Premios de Navegantes de HOY).

Entonces no era tan fácil como ahora estar al día de la oferta cinematográfica. Internet no estaba aún tan extendido ni era tan accesible, y ni rastro de la Piratería ni de la circulación de copias ilegales. En una ciudad entonces con tan pocas ofertas de Ocio, la Construcción de los Multicines Puente Real se nos antojaba ilusionante. Y así fue en un principio. La de viernes y sábados noches que habré asistido a la proyección de grandes películas, justo después de cenar en Bocaccio. A los que aún no teníamos coche, los Puente Real nos venían de fábula, pues podíamos ir dando un paseíto.

Años después, con la construcción de los Multicine Conquistadores, los Puente Real quedaron desfasados y antiguos de la noche a la mañana. Aún así mi novia y yo siempre recurríamos a ellos por su localización, y aunque la pantalla fuera más pequeña y las instalaciones más precarias podíamos permitirnos el lujo de acceder a ellos sin disponer de automóvil. Y era un gustazo la verdad, sobre todo porque ya nunca hubo gran afluencia de público (salvo en contadas ocasiones) y se estaba estupendamente. Se conseguían las entradas sin problemas y sin recurrir a las largas colas.

El aspecto que ofrecen las viejas taquillas abandonadas propician el desolador ambiente que se respira en los antiguos Multicines, otrora llenos de magia y alegría. FOTO: Enrique Falcó

No puedo dejar de recordar los Puente Real con mucho cariño, y entristecerme comprobando el miserable estado en que se hallan. Desde mi humilde Blog sólo puedo alzar mi copa de LOCH LOMOND en pos de una necesaria recuperación de estos cines, para que lleven la cultura y el ocio a otras parejas y jóvenes, y les brinde la magia y la fantasía que desprende el Séptimo Arte.