Mi madre siempre me advirtió que cuando me mudara definitivamente quería que me llevara todos mis libros y cómics a mi propia casa. Que llevaba años y años acaparando espacio y que ya estaba bien. No sabía, aunque es cierto que sí lo sospechaba, que el asunto se lo iba a tomar tan en serio, por lo que tampoco me sorprendió demasiado la docena de cajas que los de la mudanza trajeron de casa de mis padres, a los que envié a recoger “un par de cajitas de nada”.
Aunque en un principio supuso un pequeño agobio (tanto desorden, tantas cosas por colocar) poco a poco voy desempolvando viejos tesoros que me vuelven loco y que me han acompañado durante toda mi vida. Tendrían que haber visto mi cara de felicidad cuando aparecieron los viejos libros de “Elige tu propia aventura”. O que se yo, la primera historieta larga de Mortadelo “El Sulfato atómico”. Los viejos tebeos de “Los Pitufos” que me encantaban, y un número considerable de Asterix, Tintín, Iznogud y Lucky Luke. Entre ellos uno que creía perdido, “Los Dalton van a México”. Quizás de los más desternillantes por aquello de que los hermanos bandidos tienen que aprender a cantar en plan Mariachi y a chapurrear el español. A Averell, el más tonto, buenazo y divertido de los Dalton, (además de íntimo de la gula, como mi amigo Javi y quien suscribe) le preocupa especialmente saber como se dice “Cuando se come aquí” y él lo traduce de singular y original manera “Cuacuacocomekikki”. Y se pasa todo la aventura preguntando lo mismo.
Animo a todos ustedes que lo vuelvan a poner de moda. Ya en su día causó verdadero furor. Recuerdo incluso que el primer disco de Siniestro Total se llamaba “Cuando se come aquí” y la portada era una parodia de la del álbum de Lucky Luke. A partir de ahora cuando vayan a comer a algún sitio, o a casa de sus padres o amigos, o con la parienta, pregúntenle con todo el morrazo del mundo ¿Cuacuacocomekikki? Y si no saben qué es lo que están diciendo… ¡Que se hubieran leído el cómic por Dios, un poco de cultura general!