Volvía ayer a mediodía muy contento del centro de nuestra ciudad. Tras unas gestiones y una visita a casa de mis padres me encontré con un regalo de mi progenitor. El último libro de Javier Sierra “El Ángel Perdido”. No le ha hecho especial gracia, y como sabía de mi interés por él, amén de estar al tanto de mi precaria situación económica, pues se ha permitido ahorrar a mi menda 21,90 € que podré derrochar en cualquier otro capricho o necesidad.
Circulaba yo tan contento en mi coche, aguardando pacientemente mi turno para poder girar a la derecha en la intersección de
¡Tiene narices! Se supone que esas pegatinas se llevan como una manera de disculparse con el que conduce detrás tuya, para se haga cargo de las circunstancias, si vas algo más lento por aquello de que llevas niños pequeños en tu vehículo, una manera de rogarte paciencia y amabilidad. Y resulta que la tía conduce mientras habla por el móvil y se cuela tan tranquila por el carril bus mientras todos los demás hacen cola. Debería de publicar la matrícula, pero no tengo tan mala leche. Además lo de Bebé a bordo me pone de buen humor porque me recuerda a uno de mis episodios favoritos de Los Simpsons, “El Cuarteto Vocal de Homer” donde mi ídolo, el mejor personaje de la historia de la televisión, compone e interpreta con su banda un precioso tema vocal con idéntico título. No dejen de disfrutarlo hoy, en homenaje de todos los padres que portan tal pegatina porque de verdad llevan a sus niños en el coche, y la utilizan como una manera simpática de pedir paciencia y precaución, y no como la caradura de ayer a mediodía. Mi mejor LOCH LOMOND en honor a Homer y sus “Solfamidas” y su entrañable “Bebé a Bordo”.
N.A. (No me gustaría que se perdieran la versión original de la canción en inglés, que también es una delicia. Disfrútenla)