Hoy me he acordado de ellos y he caído en la cuenta de que hace bastante tiempo que no me los cruzo por la calle. Son padre e hija, y llevo viéndolos pasear desde hace muchísimos años por los alrededores de casa de mis padres. La primera vez que advertí en su presencia, aún no era más que un preadolescente que se fijaba en una guapa niña rubia que paseaba junto a su padre. No voy a decirles que fuera amor a primera vista pero les mentiría si no les confieso que llamó bastante mi atención para tratarse de una criatura tan pequeña. El padre sin embargo era grande y moreno, pero de piel tan blanca como su hija, con aspecto de hombre duro, muy bien vestido y con distinguido porte.

Desde aquel día era habitual distinguirlos entre el gentío varias veces a la semana, los dos solos, paseando. Unas veces conversando, otras marchando en silencio. En ocasiones malhumorados y en otras muy contentos. Día tras día, semana tras semana, año tras año, me los he cruzado en infinidad de ocasiones, y aunque al padre apenas se le advertía alguna arruga de más, la niña y yo íbamos creciendo a pasos agigantados. Siempre me pregunté a donde irían, si sólo se tenían el uno al otro, o si simplemente era una cuestión de costumbre. Ahora me acuerdo de ellos y los busco cada vez que vuelvo por mi antiguo barrio y me pregunto que será de ellos.

Me veo en un futuro a mi mismo, paseando de la mano con mi hija, sonriendo amable y orgulloso ante las travesuras que me va narrando de forma divertida, inseparables, padre e hija, a pesar de los años.

¡Que raros somos los seres humanos! Aún estoy pensando el motivo que me ha impulsado a hablar de ello, y sobre todo la curiosidad que siento por saber que habrá sido del padre y la hija que formaban ya parte del cotidiano paisaje que conozco tan bien. Es curioso como en nuestra cabeza, llegamos a hilar pequeñas historias sobres seres que no conocemos pero de los que nos preguntamos como será su vida y su historia. Cada ser humano podemos ser parte de una historia o personajes de la película de la vida donde son otros los protagonistas. Espero volver a ver al padre y la hija rubia muy pronto, paseando juntos de nuevo. Así, las historias de sus vidas protagonizarán las más variopintas aventuras en mi cabeza, que como la de ustedes, no es más que una inmensa producción de cine con innumerables extras que siempre tienen una escena que protagonizar.