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Enrique Falcó

ENRIQUE FALCÓ

DECEPCIÓN

La decepción es algo muy doloroso. Todos hemos de enfrentarnos a ella a lo largo de nuestra vida. Cuando la realidad golpea en tu cara contundentemente y con toda su crudeza y sientes que alguien te decepciona, ya sea tu pareja, un familiar, un amigo, un compañero o incluso un jefe, te enfrentas a una sensación de impotencia terrible, y a una tristeza de difícil curación.

Ya les contaba anteriormente que por ejemplo el no sentirse valorado en tu trabajo duele y mucho, además de perjudicar tu ánimo para el normal desarrollo del mismo. Observar como gente menos cualificada y con menos preparación pasan por encima tuya es lo más parecido al principio de la frustración. Este tipo de acontecimientos consiguen que te sientas decepcionado con muchas personas a las que consideras culpables de tu mal.

La decepción es mala consejera, pues en seguida te indicará que tomes el camino más fácil, el del abandono y el pasotismo, y éstos desgraciadamente no conducen hacia ninguna parte, hacia ninguna parte buena, ustedes ya me entienden. Por tanto hay que eliminarla cuanto antes y desahuciarla como inquilina de nuestra conciencia para recuperarnos de inmediato y volver a sentirnos bien con nosotros mismos, y por supuesto con los demás.

La decepción es una compañera incómoda y peligrosa en el continuo viaje de nuestra vida. Al igual que las críticas, es necesario saber encajarla y aprender de ella. Es cierto que puede endurecerte el carácter y los sentidos, y hacerte más inmune a los problemas de los demás, pero personalmente prefiero seguir siendo sensible hacia el lado más positivo de la raza humana y no dejarme llevar por sus bajezas.

La decepción no será nunca un mal innato si conservas la habilidad de saber curarte de sus consecuencias, y mientras uno tenga en cuenta que puede presentarse siempre en cualquier momento y disfrazada bajo la piel de quien menos te lo esperas.

Luchad contra ella amigos. Sobreponeros. Asimiladla como un desafortunado hecho que siempre estará ahí, dispuesta a fastidiar, pero que te hará cada vez más fuerte en cada momento que consigas zafarte de ella y sus males. Tened siempre en cuenta que la decepción puede ser la llave maestra de todas puerta del odio y la maldad de tu corazón. Contra la decepción realmente sólo existe un camino indivisible hacia su curación: El olvido.

Don de LOCH LOMOND

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