No sé si nos hemos vuelto tontos, pero ahora resulta que los medios de comunicación, comentaristas y parte de los aficionados están hasta contentos porque hemos empezado perdiendo el primer partido del Mundial de Baloncesto. De acuerdo, en el último Europeo de Basket empezamos perdiendo, y al final ganamos de calle. Hace un par de meses también comenzamos con derrota el Mundial de fútbol de Sudáfrica y ganamos la final épicamente. Pero por Dios no nos llevemos a engaño. Está claro que tenemos una gran selección de Baloncesto, y perder un partido en un grupo de 6 donde se clasifican 4 no significa que vayamos a quedarnos fuera a las primeras de cambio, pero dejémonos de tonterías y no queramos negar la realidad.

Hemos empezado malamente. Desde el principio no hemos tenido ritmo. Los jugadores han estado muy apagados y se nos ha ido el partido en los tiros libres. Ahora es tiempo de reflexionar y mejorar, teniendo en cuenta que no debemos cometer más fallos.

Personalmente tengo mucha esperanza en esta selección, ante todo porque ya han ganado todo y nos han demostrado que son los más grandes. Si no se hace algo importante en este Mundial tampoco se va a acabar el mundo, pero sería una lástima que si eso ocurre sea por excesiva relajación o incluso por falta de concentración o apatía. Creo que titulares como por ejemplo el que leí ayer en el Diario Marca “Lo que mal empieza puede terminar bien” no se ajustan a la realidad. En mi opinión, lo normal es que “Lo que mal empieza mal acaba”, y eso lo dice el refranero popular, que como buen refranero y popular no se casa con nadie. A ver si nos vamos enterando. De todas formas, tengamos fe en que acabe bien.