Andamos dándole vueltas al asunto y el asunto por muchas vueltas que se le dé sigue siendo el asunto. El asunto es el que es. El asunto es este y va a seguir siéndolo hasta que decidamos qué hacer con él. Algunos aconsejan olvidarse del asunto y otros abandonarlo a su suerte. Y los más atrevidos, que los hay, dicen que nos lo comamos, pues el asunto, al fin y al cabo, lo sacamos a colación en la reunión de cierre y es nuestro. Hay quien ya se está remangando, pues el asunto es complejo. El asunto, pese a todo, nos tienta.