Ellos llegaron los primeros. Y lo dijeron. Hemos llegado los primeros. Los segundos dijeron que estuvieron a punto de llegar los primeros pero no apretaron lo suficiente en la última cuesta y además reconocen que los terceros estuvieron también presentes en la lucha. A ellos, que habían llegado los primeros, la rivalidad que se traían los segundos y los terceros les importaba un comino. Ellos habían llegado los primeros y eso era lo que importaba. Para la posteridad, los segundos y los terceros no figurarían en ningún anuario. Nadie los mencionaría, serían borrados, a pesar de la titánica lucha que un observador anónimo presenció.