Es increíble que quepamos todos. 145 de pie y 57 asientos. Metro Málaga nos miente. Encima hoy vamos muy justos porque aunque esta señora de buen ver es delgada, su baúl ocupa el espacio de dos recios guardaespaldas. Por su aspecto debe de ser de buena familia, aunque se le adivina cierto aire de femme fatale. Le hago así con el codo para advertirle de que lo que lleva dentro del baúl se le está derramando. Es sopa de cocido, me dice. Yo retomo, como puedo, mi lectura, evitando mirar la sangre que ya alcanza mis zapatillas.