La chica bonita enamorada de sus pezones se pinta los labios con la desesperación del chico demasiado atento, mientras coquetea con el chico que siempre parece despeinado aunque no haya viento y que en secreto envidia al chico con halitosis que viste pantalones pesqueros y sale con la chica en silla de ruedas a la que parece importarle todo un comino y no le apetece caminar y sí que la empujen, aunque se despeñe la muy imbécil.