Usted me dijo que lo tendría hoy.
Y lo tengo.
Pues enséñemelo.
Llamaré al chico para que lo traiga.
Pasan dos minutos y el cliente se impacienta.
El chico vendrá enseguida.
Descuide.
Un joven desgarbado aparta la cortina y le alarga la caja. El cliente la abre, ojea en su interior, la cierra.
¿Es lo que esperaba?
Parece que sí, aunque me parece pequeño.
Pruébeselo, si lo desea. Venga al probador. Por aquí. Sígame.
Quiero una talla más grande si no le importa, por si acaso.
El cliente no ve el agujero y cae al vacío. Cuando recupera la verticalidad está otra vez frente al vendedor.
¿Qué desea?
Verá, hace un momento le he pedido una talla más grande de sombrero.
Sí, claro, venga por aquí.