(A modo de presentación)
PERPLEJIDAD (“perplexĭtas”, vocablo latino, compuesto del prefijo “per-” /intensidad, totalidad/, y del verbo “plectere”, sinónimo de /enredar, trenzar, incluso plegar/.
Es este un término que se refiere al desconcierto, o a la indecisión, que una persona tiene respecto de algo. Ante un hecho que causa conmoción, se genera una sorpresa o impacto que impide al individuo reaccionar de forma rápida o fluida. Por tanto, se aplica preferentemente a personas que manifiestan ese estado de confusión, asombro: no sabe lo que debe hacer, pensar o decir.
Y en este sentido, la perplejidad cae en el territorio del entendimiento, no tanto en el de la voluntad, al mantenerse en una especie de equilibrio entre razones (visiones) opuestas.
Lo hasta ahora dicho no es más que una introducción a lo que quiere ser, o pretende, esta sección: investigar (cual aventurero) esas situaciones de perplejidad que se dan en la vida cotidiana; no es sino empezar un camino hacia cualquier ámbito, lleno de ánimo, para ver si entre otras opciones, se puede ( o se debe, o se desea, o se aspira ) “salir” de esa confusión.
por Carlos J. Lozano