Ya todos le conocemos. Sabemos que es maestro, que ha vivido en el extranjero, que practica piragüismo, que se desplaza por la ciudad en bicicleta y que calza sandalias. Cae bien, tiene cara de simpaticote de buena persona. Lo que no sabemos es qué va a hacer. Todavía se ve su foto en lo alto de las farola de algún pueblo. Es el comunista más popular, quizás por eso le gusta más Monago que Vara. Pero, ¿cómo va a apoyar a un partido de derecha otro que se llama Izquierda Unida? Escobar tiene una llave a la que no encuentra cerradura. Su duda la soporta con resignación, un ansioso Monago y un silencioso Vara, pero que no olvide que también esperan miles de extremeños. IU tiene que tomar una decisión. Su líder tiene que resolver la situación. No debería, como dicen en la campaña electoral, pensar en sus intereses, ni en el partido, sino en todas las personas que le han votado y en las que no le han votado; tiene que pensar en Extremadura y en los extremeños. Que se decida por uno o por otro o por ninguno, pero que se decida, porque si no el simpático maestro, piragüista y ciclista va a terminar con la paciencia de populares, socialistas y votantes y va a seguir alimentando el tópico de que son iguales unos y otros. Y él busca diferencias que no encuentra.