El pesimismo aparece en los periódicos. Un ambiente espeso de tristeza y preocupación destilan todas sus secciones, la misma preocupación existe en las oficinas de los funcionarios. Las secciones de opinión dejan de ser líricas para ser trágicas. El director del periódico decía en su carta del domingo que no hay noticias buenas ni malas que para el periódico solo hay noticias, y que lo publicado es el reflejo de la realidad. Los periódicos cuentan lo que hay y lo que hay no nos gusta. Quizás deberíamos saber más, conocer el complejo mundo de la política económica y así no sentirnos tontos cuando seamos capaces de comprender que los euros que nos quitan mensualmente de la nómina son tan importantes para sacar el país del atolladero como los millones que le dan a Bankia. Una inyección de optimismo y capital que es más urgente para salvar un país que invertir en sus miles de parados que no tienen nada y en empleados públicos que no les llega.
Mientras escribo esto levanto la cabeza y veo desde la ventana de mi casa, la vista del majestuoso edificio que se levanta por encima de todos los demás en la orilla del río, deseo que no se caigan como lo han hecho las torres Kio.
El periódico habla del cobro del ibi a la iglesias. Dice la iglesia que si ellos pagan que también lo haga los sindicatos y los partidos políticos y los …y sigo sintiendo esa extraña sensación de tonto cuando pienso que el único que paga el ibi soy yo.
Los dirigentes miran para Alemania los ciudadanos a Grecia.