La noche llegó. baje las escalera, cada vez me costaba más trabajo hacerlo. La casa oscurecía el ánimo. los sábados, al atardecer, cuando se iba el sol, era como si se fuera la vida con el día, no me acostumbraba a estar solo, sentado en el sillón, tonteando en facebbok y twitter.Salí a la calle. Me metí en el primer bar que encontré, era de un chino, el whiski lo ponía más barato, me tome el primero, también el segundo, la noche era larga, pesada como una roca. Odiaba los fines de semana donde se acentuaba mi soledad. No sabía como agotar las horas que me golpeaban el ánimo. Cada fin de semana moría un poco con cada uno de los whiski que me desgarraba la garganta y el corazón. Otra vez termine en el Barrabás, solo, acodado en la barra, bebiendo sin parar, los de mi edad, hacía algunos años que se habían retirado de la noche. No se que pintaba allí. Aquel lugar donde tantas noches triunfe, donde tantas mujeres amé sin amar.El lugar que había sido como mi casa y donde ahora era un desconocido. Los camareros no eran los mismos. La música me sonaba extraña, ajena,pero allí estaba yo, como un gilipollas, intentando prologar el tiempo como un Doryan Gray sin pacto con el diablo y sin pacto el cuerpo duele.Era un tipo viejo, anacrónico, una cosa del pasado entre muchachos y muchachas más jóvenes, ese ya no era mi sitio, ni mi tiempo, ni mi noche pero la soledad me hacía huir de casa y regresar una y otra vez al lugar donde una vez fui feliz y sentí el cariño y admiración de otros.Mi afición a la bebida, que me ayudo a relacionarme bajo la etiqueta de bebedor social, me quedo solo con la botella,sin amigos y sin amor.
Pedí otra, el portero me echo de nuevo,camina por las calles como un boxeador sonado, ahora si que sería duro subir la escaleras de casa para encontrar todo tal y como lo dejé, la casa que nunca fue un hogar .El próximo día no salgo, pero ¿que hago?, si no se hacer otra cosa.