Me gustaría ser de pueblo para poder visitarlo cada 15 de agosto. Me gustaría ser de pueblo para ir a la casa de los abuelos y ver la habitación donde dormí y el comedor donde compartí el pan con mis hermanos. Me gustaría ser de pueblo para volver a mirar el gato entre las macetas del patio. Me gustaría ser de pueblo para ver a los amigos con los que me crié y volvamos durante unos días a ser: el pecas, el rubio y el largo aunque en la ciudad seamos Don Angel, Don Luis y el Diego. Me gustaría ser de pueblo para patear la plaza y sentarme en un velador o en el suelo de los soportales y abrazar a los amigos que se quedaron a vivir en sus casas de siempre. Me gustaría ser de pueblo para ir a la era donde di mi primer beso. Me gustaría ser de pueblo para oír cantar a las chicharras y el zumbido hipnotizador de las moscas a la hora de la siesta. Me gustaría ser de
pueblo para escuchar el sonido del silencio debajo del limonero.
Me gustaría ser de Olivenza para ir a la Farrapa, al bar de Carrapiso a tomar Jali jai, hablar portugués con los mayores en el paseo, tomar café en el Liceo y comprar técula mécula en casa Fuentes. Me gustaría ser de Pallares y ver el chiringuito y la carretera del culebrín que lleva a Monesterio y comer jamón en el Puerta del Sol. Me gustaría ser de Castuera para pedir mollejas de cordero en el bar de la piscina y visitar la Iglesia de la Magdalena. Me gustaría ser de Llerena para subir la calle Aurora y encontrarme con la magia de la Plaza y ver la Iglesia de la Granada y entrar en la peña flamenca y comprar dulces a las monjas de Santa Clara. Me gustaría ser de Reina para ir al teatro romano y subir al castillo. Me gustaría ser de Herrera del Duque para ver la fuente de
cuatro chorros e ir a Consolación para ver a la Virgen a la que tanto le rezó mi madre. Me gustaría ser de Alburquerque y subir al castillo de Luna y comprar dulces en la Plaza y entrar en ese bar que antes era una Iglesia. Me gustaría ser de pueblo… pero aquí estoy, otro verano en Badajoz porque no tengo pueblo