Aquel domingo me había quedado en la cama remoloneando. La habitación estaba en penumbra. Encendí la vela. La llama blanca iluminó tenuamente las sombras dándole un aspecto íntimo a las paredes recién pintadas. El fuego de la vela bailaba al ritmo de la leve brisa que entraba por los huecos de la persiana: sinuosa,coqueta, sensual […]