Dices que vendrás por la noche. A esa hora en la que Antonio López ya ha recogido los pinceles y el sol deja de dar luz a los membrillos para entrar en los grises de una tarde que anuncia la oscuridad. Una oscuridad que hace confundir colores y sueños; Vida y muerte,
La noche tiene ese escenario de máscaras que esconde el rostro de la verdad. Un mundo donde no se aprecia la belleza de las imperfecciones y donde los sentimientos bajan los peldaños de dos en dos.
Luego, mañana, como todos los mañana, la luz de la tarde regresará igual aunque con formas diferentes. Volverá a gozar de la tierra, a enrojecer los campos, a sosegar el alma, a calmar la tarde de las incertidumbres del día que se va.
Lindes arropadas por la hierba que cubre como un manto sagrado las orillas de los surcos donde el agua corre libre y ligera hasta que la noche la transforme en estática escarcha.
Dices que vendrás por la noche. Si vienes ven de día. Ya no quiero más noches.