Tenía vacaciones. Aproveché para de ir a pagar el IBI. Luego cogí el coche para dar una vuelta por San Isidro. Pasé por Suerte de Saavedra, ese barrio donde antes ponían el mercadillo los domingos y que todos conocemos como las Malvinas. Veo a personas arreglando las aceras. No son trabajadores del Ayuntamiento, son los vecinos que han salido a la calle con sus herramientas y sus manos para arreglar lo que no se arregla ni en periodo electoral. Días antes leí en este periódico una carta al director de una señora que se quejaba de lo mal que estaban las calles de San Fernando. Llevo el recibo del IBI todavía con la tinta fresca del sello del banco brincando indignado dentro del bolsillo del pantalón. Me pregunto donde están los trabajadores del Ayuntamiento. Llego al campo y veo en el móvil que los operarios del Ayuntamiento andan ocupados instalando un nuevo radar en la carretera de Circunvalación y es que no se puede desatender el negocio. Dice el periódico que recaudan más de medio millón de euros.
En Badajoz estamos que lo tiramos. Contratamos a los mejores y, además, el Badajoz ha ascendido de categoría, eso si que hace salir a la gente a la calle, mucho más que CCOO y que UGT cuando piden trabajo para desempleados.
Con esta nueva moda de fichar a los mejores podemos ver por las calles de Badajoz, no solo al hermano de Pedro de Sánchez, también encontrarnos por la Plaza de los Alféreces a Mesi, por las tiendas del Faro a Ronaldo, fichados los dos para reforzar la plantilla y así afrontar con éxito la nueva categoría. Quizás hasta el periódico se una a la nueva moda y contrate como columnistas a Manuel Vicent o Javier Marías o a Muñoz Molina. Yo me veo en el paro buscando otro periódico donde poder escribir. También pueden traer a la cárcel de Badajoz a los mejores, Urdangarin, Rato, Villar y un largo etcétera.
Lo peor es cuando Pedro Sánchez venga a visitar a su hermano. Badajoz es una ciudad para quedarse ya que medios de transporte tenemos pocos: una avioneta con horarios raros, un tren de cuando la mili era la mili y se conocía como borreguero y el coche particular, aunque cualquiera sale a la calle en coche con tanto radar.