Hoy hay en Badajoz dos presentaciones de libros, una de pintura, otra de fotografía, un concierto, cine, teatro… Esto no fue siempre así. En los 80 Badajoz era una ciudad aburrida. Buscábamos entretenimiento en los pueblos de alrededor: Olivenza, Talavera, Montijo donde había discotecas que se llamaba Maikels o Kiss.
Por entonces la vida pacense era simple e inexistente para jóvenes con inquietudes culturales. El ocio se limitaba a las salas de baile de los pueblos para aproximarnos a ellas entre los codazos de ellos. Aquello fue nuestro Erasmus, nuestra globalización. Igual que los jóvenes de hoy cogen un avión con destino a cualquier país del mundo, nosotros nos desplazamos con un 600, 127 o en autostop para descubrir sensaciones a ritmo de música elegida por un disc-jockey de pelo largo, que decía cosas como: “si lo tienes liao porque no te lo fumas”. Fumar era símbolo de progreso, hasta el alcalde más guay de la democracia, Tierno Galvan, desde el balcón del ayuntamiento de Madrid decía “si no estás colocado colócate”, con la presencia de Susana Estrada mostrando una teta, o como se diría ahora que las libertades han avanzado tanto,”con un pecho fuera”, debajo de un cartel de“prohibido fumar”