La esquina del bar es como un útero materno, como un líquido amniótico de cerveza fría y café caliente que nos protege en esos días en los que la soledad aprieta. La esquina del bar nos abraza cuando no tenemos a nadie a quien abrazar. La esquina del bar es el refugio de solitarios, observadores, tertulianos… Una esquina dotada con el don de parar relojes y esquivar navidades.
En el bar el Paso, detrás de los Maristas, todas las mañanas nos disputamos la esquina tres clientes en esa primera hora del café de salida, de la primera vuelta al periódico antes de entrar a trabajar.
El bar Leñador está en la Banasta, junto al ventanal que da a la calle hay un rincón por el que entra una luz generosa para leer el periódico acompañado con un vino de Esparragosa y aperitivos de cuchara.
El bar la Parada tiene una esquina junto a la ventana donde puedes leer el periódico de espalda al salón sin la distracción del resto de clientes. se puede poner a tñu lado algún conductor de autobús o Andrés, un señor mayor de agradable conversación.
En los pasajes de Zafer está el Emigrante ahora conocido como bar de Nino, este bar tiene una solicitada esquina los días de Fútbol donde casi siempre está Monchi. Este era el bar del llorado Angel de Universitas. El corcho del tablón de anuncio lo preside una foto suya con un poema. Todo lo que pueda escribir de Angelito ya lo ha hecho antes mejor que yo Alvarez Buiza.
En San Roque está el bar Calle Trece que tiene unas vistas excepcionales a la Plaza de la Iglesia de la Concepción desde donde sale la procesión de la borriquita y del silencio. Una esquina donde puedes disfrutar con los colores de los árboles en otoño y la fachada de la Iglesia mientras tomas una cerveza con un generoso aperitivo.
En la esquina del bar el Cortijo del Corazón de Jesús puedes encontrar los domingos, desayunando migas, cachuela o zurrapa a hombres del campo, cazadores,funcionarios de prisiones, columnistas del HOY, mujeres de presos de ETA hablando en eusquera,ese lenguaje de difícil fonética un lenguaje duro, de piedra.
Mi esquina es la del bar que hay debajo de mi piso, una esquina que es la prolongación de mi salón donde voy con la misma naturalidad que a mi cocina. Entro después de tirar la basura con ropa de estar en casa. Esa esquina es mi esquina. mi útero materno donde la banqueta de madera es el más cómodo de los sillones, siento ese rincón tan mío como lo siente Romy,su propietaria.