Entró en mi despacho con decisión, sin titubear. Me dio la mano y dijo “hombre, el escritor” ¿El escritor? Nunca había pensado en mi como escritor. Cuando escucho la palabra escritor pienso en Cervantes, García Márquez, en escritores locales como Javier Feijóo, que hace recitales con Nando Juglar y en solitario. Pienso en Jesús Gordillo que va por su sexta novela. En Plácido Ramírez, columnista y poeta que hace vida de escritor participando de la cultura literaria de la ciudad y de los pueblos. En Juan Francisco Caro, que con una prosa poética cuenta historias antiguas que hacen florecer los sentimientos de siempre. En Martín Tamayo, que tiene libros en escuelas, librerías y bibliotecas. En Álvarez Buiza, un recién jubilado al que le han puesto en la cafetería de su trabajo una placa que dice “Rincón del poeta”.
No me hace escritor tener un blog y escribir una columna en un periódico, aunque ese periódico sea el de más prestigio y el más leído de Extremadura.
Escribir en el HOY me da satisfacciones, algún quebranto y alguna anécdota.
Cuando empecé, hace ya 8 años,un día que cruzaba por un parque un señor me dijo: “Usted no puede cruzar por el césped, escribe en el HOY y tiene que dar ejemplo”. No contesté, no sabía que contestar, tampoco sabía que no se podía pisar el césped. Fue cuando empecé a tomar conciencia de lo que suponía escribir en el HOY.
Hace unas semanas recordé esto, cuando después de la comida de navidad con mis compañeros del Centro de Salud y después de desgañitarme en un karaoke, llegué a casa atravesando media ciudad con un gorro de Papá Noel en la cabeza. En lo primero que pensé cuando me vi en el espejo del ascensor fue en el señor del parque.
Un amigo al que no veo hace años y que vive y trabaja en Córdoba, me felicitó las últimas navidades con un whatsapp de voz que decía: “Ya no quieres cuenta con nadie, solo te dedicas a escribir esas cosas que sacas en el periódico, que hasta parece que éramos buenos. Nosotros hemos sido juerguistas. Escribe de eso, de la noche de aquellos años y no de las mañanas que tanto te gustan ahora”.
No te preocupes que también escribiré de aquellos años de estudiante, cuando éramos felices sin saberlo, si el periódico me sigue dando cancha en el 2019.
Feliz año y salud.