Estabas sentada en un taburete de un bar cercano al río, llevabas un vestido de rojo intenso que se adaptaba a tu cuerpo, la melena negra y rizada caía sobre tus hombros, fue la primera que vez que te vi. Otro día me cruce contigo por el Centro, llevabas un pantalón vaquero desgastado y una camiseta de la Gioconda, no me miraste. Cuando fui a ver la película de Joker estabas sentada dos filas atrás, los dos íbamos solos. Luego lo de la exposición de Barjola que casi te tropiezas conmigo, me sonreíste o me lo parecía. Otro día en el que tú no te diste cuenta, coincidimos en la cola de Mercadona, y en un viaje a Lisboa en autobús. Hasta que ayer volvimos a encontrarnos en el karaoke, cada uno con sus compañeros de trabajo. Fue cuando te acercaste y me pediste fuego, te respondí que no fumaba. Tú me contestaste con un leve sonrisa y mirándome a los ojos, que tampoco