TRES AMIGOS
Cuando tenía 18 años tenía el pelo largo, barba, un jersey de lana hecho a mano que me llegaba a las rodillas, pantalón vaquero con remiendos y unos estudiados andares de larguirucho desgarbado. Debajo del brazo llevaba un LP de Paco Ibáñez, de Víctor Jara, también de Jarcha. Con 18 años era de izquierda. Me gustaba Anguita. Creía en el amor, en la bondad, en la razón, en el diálogo, en la política, era tan ignorante que todo lo tenía muy claro.
Cuando tenía 18 años iba a San Francisco. Me gustaba sentarme siempre en el mismo banco con la muchacha que quería y rozar su mano. Me gustaba el olor a pachuli, también el del hachís aunque no sus efectos. Era más de cerveza con mollejas en el Torres. También iba al bar Kalty. Miraba el escaparate de Universitas, por entonces no compraba libros, no tenía dinero. En el Kalty, ella y yo pedíamos una caña con dos vasos, todo era compartido hasta que me dejó por uno bien vestido de derechas que trabajaba en un banco.
Cuando tenía 18 años iba a San Francisco con José, Pablos y Lolo, en lugar de alucinar con los porros teníamos subidones corriendo detrás de una pelota en los campos de fútbol. Éramos unos “puretas” que nos gustaba el ambiente progre, aunque no participábamos de la parte lúdica, no tomábamos bebidas fuertes, ni fumábamos. Leíamos a Bukoswski pero no le imitábamos. Eran mis amigos y aunque ahora casi no los veo, nunca se rompió el cariño. La casualidad ha hecho que esta semana los tres hayan pasado por el quirófano por eso quiero recordar aquellos años rebosantes de salud. Quién iba a decir que sería yo quién los mencionaría en el periódico, teniendo en cuenta que el más conocido de aquel grupo fue, Paco Alegre al que le decíamos “cuando salga en prensa acuérdate de nombrarnos, de tus orígenes, di que con nosotros aprendiste a jugar al fútbol”. Esta mañana he visto una foto suya, gigante en una puerta del campo de fútbol del Vivero que dice “el jefe del mediocampo”.
En aquellos años éramos invencibles, ahora tres de ellos han pasado por quirófano, mi generación empieza a visitar hospitales, es una cuestión de tiempo, por eso sabemos que la salud es mucho más importante que el dinero y sobre todo debería permanecer al margen de intereses políticos.