No sé de qué escribir hoy, solo sé de qué no hacerlo. No quiero escribir de Pedro Sánchez cuando dice “Extremadura dejará de ser la gran abandonada” o algo así, tampoco le presto mucha atención. Lo que me sorprende es que la gente que está a su alrededor, casi todos extremeños, le aplaudan como si no supieran que está diciendo palabras con olor a humo, palabras que dejaran de existir cuando pase el Miravete.
No quiero hablar del Covid, tampoco de la vacuna y menos de esos que se han vacunado cuando no les correspondía. La mayoría personas que se habían comprometido a trabajar por los más necesitados, al menos eso decían cuando estaban en campaña electoral.
No quiero elaborar este artículo como otros. Pongo los dedos en el teclado y que vayan saliendo reflexiones con los acontecimientos del día.
Acabo de ver en el telediario de Canal Extremadura a un amigo de juventud, Manolo, al que llamábamos Bartolo. Hace años que no lo veía. Manolo ahora tiene el pelo blanco, por lo demás esta igual. Siempre hizo deporte y vida sana. Recuerdo que empezó I.T.I. aunque creo que no termino, que se puso a trabajar antes en el Ayuntamiento, actualmente es encargado del parque móvil. Hoy lo he visto en televisión, no por ser famoso, Manolo es un tipo normal, muy normal como lo fuimos todos los de aquella cuadrilla. Manolo, habla a la cámara emocionado. Sentado en un banco del exterior del Universitario, está agradeciendo, a través de la televisión, la profesionalidad y el trato recibido por el personal sanitario que han atendido y cuidado de su hija y su nieta. Su hija,María Ángeles, estando embarazada sufrió un derrame cerebral por una eclampsia. Los médicos salvaron la vida del bebe con solo un kilo y medio, mientras la madre estaba en coma profundo. Ahora, al cabo de varias semanas, la hija le ha escrito en una pizarra. “Hola Papá he vuelto de las oscuridades” Manolo se emociona leyendo el mensaje, yo también aunque haga años que no lo veo y ni siquiera conozca a la hija. También me emociona que siga habiendo personas agradecidas, buenas personas, me siento orgulloso de que una de ellas haya sido y siempre será mi amigo Manolo. Gente corriente con historias intensas.