DE BADAJOZ A UCRANIA
Esta sección de Plaza Alta trata de Badajoz aunque ahora resulte difícil escribir de Badajoz, de San Francisco, de Castelar, de Gragera, más difícil escribir de Cabezas, de Vélez, de la de Podemos, Erika Cadenas. Resulta difícil escribir de bares, de San Roque, de San Fernando, de los Colorines imposible porque nunca he ido y de la barriada del Tulio a los que por fin ha recibido el Alcalde. Es difícil escribir de las tiendas de barrio, esas de Pardaleras que tanto me gustan: Ultramarinos Inmaculada, carnicería Cerrato, la pescadería de Pepe, de la Droguería Melí, la Granja el Cruce de Inma donde compró la leche, el kiosco de Ángel donde compro el periódico. Es difícil escribir de los fines de semana en el campo, del olor de la leña ardiendo en la chimenea, no es tiempo de románticos, aunque siempre habrá por ahí algún despistado. Es difícil escribir del López de Willy, hijo del látigo; de la fotografía de Felix Méndez; de la sala Árte Joven de Miguel Angel Gartzia; del Meiac; de los artículos de Plácido, de la vuelta de Francisco Caro los viernes a estas páginas; de los vídeos de Javier Lena en las redes; de las comuniones, bueno de eso siempre es difícil escribir o al menos entender tanto despilfarro. Es difícil escribir una columna sobre Badajoz, sobre su gente, sus cotidianidades; sobre el Vuelo en la Palabra, el concurso literario de la feria del libro, sobre la dificultad de ser jurado aunque se lleve muchas años siéndolo. Es difícil concentrase en un artículo sobre Badajoz viendo la huelga de transportes, los estantes de Mercadona vacíos, gasolineras con colas, agricultores con pancartas, la luz subiendo, los positivos en Covid también. Es difícil escribir de Badajoz viendo cómo se pierde el sentido común con Guadalupe quitando veladores de la plaza, Valdecañas en el aire, un aire enrarecido como de calima incluso cuando no hay calima. Quizás para la tristeza podamos recurrir al arte porque todavía nos quede el refugio de la literatura, del cine, de fotografías que hablan, cuadros que emocionan, esculturas llenas de vida que nos dan vida
Es difícil escribir sobre Badajoz cuando tenemos en la cabeza Ucrania, es difícil escribir cuando vivimos pendientes de una mente fría, calculadora, probablemente enfermiza, una mente asesina que tiene en vilo al mundo y que hace cuestionar hasta a los más pacíficos el tiro en la frente y la pena de muerte.