Compraba el periódico en el kiosco de Ángel, un muchacho joven aficionado al fútbol. Los días que jugaba el Badajoz se ponía una camiseta blanquinegra, siempre tenía la radio encendida con noticias deportivas. Un día me dijo que había cogido una tienda de chuches en San Roque, desde entonces el kiosco permanece cerrado, solo queda la estructura metálica con algún burdo graffitis pintado en el exterior.
Ahora, voy al quiosco de Ana en Fernando Calzadilla. Ana siempre me recibe con una sonrisa, me llama por mi nombre y me comenta alguno de mis artículos.
Otras veces compro el periódico en una tienda que está en San Fernando, junto a la churrería Leyton. Un muchacho joven que alterna la venta de prensa con la de quinielas, loterías y bonolotos y al que si le das un poco de cancha, se arranca con opiniones muy críticas hacia los políticos.
Otras veces lo compro en un estanco que hay en las traseras de Condes de Barcelona,junto a una frutería cercana al Centro de Salud de Valdepasillas.
Me gusta la prensa en papel, el olor a tinta fresca con noticias y opiniones de periodistas bien informados, porque no hay nada como sentarse por la tarde en el sillón y leer despacio y con calma las cosas contadas por quienes saben contarlas.