LOLA, LA CINTA ROSA Y LA CAMISETA DE BOD DYLAN (publicada en el Hoy el domingo 1971272010
Una vez ganaste un trofeo; quedaste la tercera en la prueba femenina. Fue en una subida al castillo de Alburquerque. El trofeo se lo regalaste a uno de tus alumno. Ello estaban más contentos que tú,porque para nosotros, igual que para todos los corredores populares, lo importante es participar. Nos poníamos los pantalones cortos en los días calurosos de verano y en los fríos de invierno, para salir a correr por caminos solitarios de la campiña, donde solo había ovejas y algún pastor sorprendido. Salíamos a correr con el único fin de disfrutar sufriendo; que difícil entender para los que no corren lo de “disfrutar sufriendo”. Subíamos cuestas. Hacíamos series. Nos especializamos en medias maratones. Tardábamos en hacer los 21 km menos de dos horas. Para las carreras importantes te ponías la camiseta de Bod Dylan, decías que si ella llevaba la cinta rosa de su abuela, tú corrías con la camiseta que te trajo tu hermana de Londres. Nuestro objetivo era llegar a la meta, nuestro premio, un par de cervezas y unas placenteras agujetas. Al día siguiente de la carrera tú apenas podía levantar la mano para escribir en la pizarra. Yo subía con dificultad las escaleras del trabajo. Nosotro, ni siquiera, comíamos espaguetis el día antes. Lola, que bonito participar sin tener que ganar.