Hace una semana publicó este periódico un reportaje de Assan, juvenil del Betis procedente de Badajoz. El periodista escribía de la proyección que tiene como futbolista y de los equipos punteros que están interesados en él. Yo había oído hablar de este muchacho antes, cuando era niño. Según decía mi hermana, que fue su maestra, era inteligente, humilde y tenía una fuerza de voluntad de hierro provocada por sus orígenes. Su padre llegó a España en patera para ayudar a su familia, ahora trabaja de chapista.
Asan también tuvo suerte con su maestra. Los maestros son parte del triunfo de sus alumnos. Cuando le preguntan a personas con éxito de dónde le viene la vocación, suelen contestar: de aquel maestro que tuve en la escuela que me descubrió la literatura,la ciencia,el arte… Los que tenemos hijos y nos hemos sentados a estudiar con ellos, sabemos la dificultad que entraña enseñar.
Sé del trabajo de los maestros porque todos mis hermanos y la mayoría de mis sobrinos se han dedicado a la enseñanza. Un trocito del éxito de Asan, alumno del Manuel Pacheco, también pertenece a su maestra que se siente tan orgullosa de sus alumnos como ellos,de su profesora.