Sentado en un velador veo gente pasar.
Un hombre anda deprisa, fuma, el que va detrás tose. Pasa uno vestido con traje y corbata a pesar del calor, seguramente haya estado convenciendo a otros de que compren un coche, un piso, un voto.
Pasan dos hombres entre 40 y 50 años con camisas de cuadros de Carrefour, parecen funcionarios. Caminan lentamente a esa hora del día donde media hora tiene sesenta minutos. Quizás alguno de ellos tenga hipoteca de las que han subido trescientos euros. Trabajadores que ganan mil y pico no llegan a fin de mes.
Veo en televisión ayudas porque el pan sube unos céntimos, la fruta uno o dos euros, pero no escucho nada de los 300 a los hipotecados. ¿Cómo se las apañaran?
Veo un divorciado con dos niños.
Vivimos una libertad engañosa. Libertad para divorciarse, ¿Libertad? A partir de qué nómina. Vivir solo no es vivir.La vida está diseñada para parejas, a no ser que ganes como dos.
Por la acera se cruzan una señora mayor con andador con un joven montado en patinete mirando el móvil.
Veo a lo lejos una mujer rubia de boca grande y labios rojos con una carpeta de letras verdes, no es ella, esta parece rubia de bote.