Recuerdo, hace mucho años, haber visto como se agachaba para salir por la puerta de la buhardilla: un pub que se llenaba los días previos a la navidad y donde terminaban todas las comidas de compañeros de trabajo. Llamaba la atención su envergadura, y unos brazos como columnas. Le mirábamos de reojo, su cara nos sonaba de la tele. “¡Juancho Perez!”,grito alguien. Un pedazo de tío de más de dos metros de músculo que triunfaba en el equipo del Barcelona y de la Selección Española de balonmano. Juancho, pasaba los pocos días que tenía libre, en Badajoz, con su familia. Ahora, al cabo de los años, coincido con él por la calle, en la consulta del médico, haciendo la compra. Parece más bajo pero sigue siendo igual de alto. Algunos músculos se le han transformado en grasa. En la ciudad existe un pabellón deportivo con su nombre. Fue presidente, entrenador y hasta jugador de un club de balonmano local. Aprovecha su popularidad para apoyar a los más débiles. Juancho, una persona que ha conocido la fama, que probablemente sea el mejor deportista que ha salido de Badajoz y uno de los prestigioso de España, un tipo sencillo y cercano. A Juancho lo conozco a través de su madre, Lucía, y de su hermana: una hermosa chica de penetrante ojos verdes, una familia alegre y campechana, Juancho, un tío con los pies en el suelo al que la fama no ha hecho perder la cabeza. Ahora, en Badajoz, sigue luchando por un deporte que ama regalando parte de su tiempo y dinero a los que empiezan.
Antes de conocer a De Paula, recuerdo que oí en un programa deportivo decir que le habían propuesto, en San Sebastian, dirigir la escuela de fútbol, pero eligió venirse a su tierra. Es Oliventino. Vive en Badajoz. Jugaba a fútbol en la Real Sociedad. De Paula era muy querido en San Sebastián. A de Paula lo conocí por casualidad, un tipo alegre, un deportista al que me encuentro montando en bici,o corriendo en la cinta del gimnasio entre sudorosos barrigones. Él, todavía conserva la figura atlética de futbolista. siempre que me ve se para para saludarme con amabilidad, De Paula,igual que Juancho, no se ha dejado arrastras por la peligrosa corriente de la fama quizás por eso se ve en su cara reflejada la felicidad.
Ahora que Belen Esteban ha hecho un libro que, hoy, cuando escribo esto, va por la cuarta edición; que en televisión triunfa la ordinariez y se disputan entrevistar a un asesino de niñas; que la cultura se la están cargando;que la ineptitud esta por encima de la inteligencia; que el que más chilla es el que más razón tiene; que lo soez triunfa sobre lo cortés; que las buenas gentes están escondidas y los que salen a la luz son los otros, eso que están constantemente en los medios. Los que venden su inmoralidad para que los niños los tengan como modelo, en estos tiempos que nos ha tocado vivir crece más mi admiración por estos deportistas que pasan desapercibida en una ciudad pequeña y que viven con naturalidad después de haber ascendido sin haber escalado el fácil peldaño que transforma personas en juguetes,en famosos. Dos extremeños que han sabiendo digerir y dirigir sus vidas al margen del brillo chillón de las luces.