Fui a comprar. Me abordó a la puerta del supermercado con la mano extendida. Tengo dos hijos. Me enseñó sus fotografías y el DNI. No le hice caso. Entré sin mirar. Cuando salí me dijo “se ha dejado la ventanilla del coche abierta”. Estaba bajada, con el portatil a la vista. Que duro que es esto, me dijo, yo no sirvo para pedir. no tenía mal aspecto. Me monte en el coche. No puede dejar de pensar en él. Su cara me sonaba, sería de mi edad. Quizás hubiese coincidido con él en alguna etapa de mi vida.En la radio hablan de que el paro sigue aumentando, de que la economía no se recupera, hablan alarmados de la prima de riesgo y el ibex 35 que no se que será pero debe ser grave por el dramatismo que emplean cuando hablan de ello. Pensé que haría si me quedo en paro.Tendría la suficiente valentía para pedir en la puerta de un supermercado. No pude dejar de pensar en él en varios días, Dicen que es mejor no darles nada. Yo no le dí nada, solo le hice esta carta que tampoco le va a servir para alimentar a sus dos hijos.