Otra vez en campaña. No tengo ni idea cuánto puede costar una campaña electoral: mítines, escenarios, transportes… Todo lo relacionado con las elecciones parece que no tiene límites económicos. Bueno, hay una excepción, y es que también participa el pueblo. Esos que por sorteos se encuentran de repente con la responsabilidad de ser Vocales o Presidentes de una mesa; esos que el día de las elecciones tienen que estar a las 8 de la mañana en el colegio electoral frente a una urna vacía y un un montón de papeles que ven por primera vez; esos que tiene que contar cruces y votos uno a uno, y que cuando los partidos están celebrando la victoria dando saltos en el balcón o llorando la derrota en su sede, todavía no han acabado y van camino del juzgado para llevar los sobres con las actas y los votos. Les pueden dar las doce, la una, las dos…Y al amanecer, ya en casa, pueden que vean en sueños papeletas y cruces hechas con bolígrafos baratos atados a una cuerda.
A eso que trabajan 15,16,17 horas. Esos que no paran ni para desayunar, ni para comer, ni para cenar, ni fichan la entrada ni la salida, a esos les aplican, igual que en la vida real, la famosa austeridad.
Vocales y Presidentes de mesa salen a unos 3 euros la hora mientras los líderes políticos, tanto de un partido como de otro, hablan de reformar la Ley Laboral, erradicar el trabajo precario, la economía sumergida y prometen un sueldo digno e igualdad para todos.
Cogen el micrófono para gritar bajo el brillo de los focos con el más convincente y estudiado de sus gestos: “Todos somos iguales”
Le he preguntado a un Inspector de Trabajo, me ha dicho que no se considera un trabajo. ¿Entonces qué es? A pesar de lo precario del sueldo hay personas que estarían dispuesta a aceptarlo, así que en lugar de hacer un sorteo podrían abrir una bolsa de voluntarios, también podrían hacer turnos de mañana y tarde y llevarles, como mínimo, un bocadillo y una botella de agua.
Muchos ciudadanos lo que esperan de la las elecciones, más que escuchar promesas que no se cumplan, es que no les toque en una mesa.