San Roque tiene: los machas, casas de una planta, edificio de nueve, el Revellin y la Avenida Ricardo Carapeto.
La Avenida comienza al final del puente sobre el Rivillas y termina en ese otro mundo de la zona nueva donde se concentran supermercados y tiendas. San Roque tiene el restaurante Laguna Seca para moteros, el Lex para comilones, muchos pisos sin estrenar.
Ricardo Carapeto esta llena de tiendas,bares,ferreterías,fruterías,floristerías,gente que andan con las manos atrás,con las manos llenas, con las manos vacías, los que pasean en chándal los que corren en chaqueta, los que te miran porque saben que no eres del barrio,los que te dan los buenos días, los que ni siquiera te miran, los que beben,los que van en pantalones cortos, pijos, estudiantes,obreros y parados; muchos parados.
Bares, chinos, más bares, más chinos, baguetes a 40 céntimos, tomates recién cogidos de la mata, ajos de Aceuchal, Tecula Mecula de Olivenza. Por Ricardo Carapeto pasa;la procesión del silencio, el entierro de la sardina.
En el COC puedes ver una película en versión original por dos euros mientras en la otra sala dan clase de flamenco.
En la Avenida hay; tiendas de bicicletas,de informática,inmobiliarias, quisco de la ONCE.y hasta una iglesia Evangelista
. En Ricardo Carapeto puedes buscar una pieza para la moto,una corona para un entierro,una novia para toda la vida.
En el bar la esquina, antes, un camarero te estrechaba la mano mientras que con la otra te ponían un bacalao rebozado, ahora, una guapa señorita te pone una caña por un euro.
La panadería pacense aromatiza el barrio con el olor suavon del merengue.
Algunos domingos compro el periódico en el quiosco de Victor que siempre me dice “tío, cuanto tiempo sin verte”.
Por la Avenida caminan dos jóvenes con la misma marca de pantalones, a una le sienta bien, a otra mal, da igual, la moda es la moda. La marca no da el mismo resultado a un culo bonito que uno feo.
San Roque tiene; mujeres embarazadas,matrimonios jóvenes, hombres con andadores, los que se paran en las esquinas a mirar, los que fuman en las puertas de los bares, los que hacen colas en las salas de loterías, los que esperan el autobús, divorciados que se han quedado; sin hijos,sin dinero y sin casa. Una trepidante mezcla de gente variopinta que dan dinamismo a un barrio bullicioso que es como un pueblo.
Vamos a Badajoz, le dice un macha a otro. Donde vamos a ir si aquí tenemos de “to”.