Lo más difícil de escribir un artículo es elegir un tema. Una vez elegido y metido en faena las cosas empiezan a rodar solas, van cogiendo forma en un teclado convertido en escenario de reflexión, que como un hábil confesor va desnudando el pensamiento del autor. Lo vivido, lo leído, lo visto, las cosas que hay alrededor son los nutrientes que alimentan la columna. Pequeños detalles que salen cuando pinchas en su interior emergiendo a la superficie. Sin embargo, hoy me cuesta escribir de lo de siempre, de las cosas cercanas, de las cotidianidades del barrio, de la frutera, de la carnicería de Cerrato, de la panadería del pasaje en la que siempre pienso para dedicarle un artículo. Un local escondido en el interior del pasaje de Zafer con las paredes pintarrajeda de burdos graffitis y donde dos mujeres trabajan desde las 6 de la mañana para elaborar y vender dulces de calidad. Una pastelería de barrio a la que se desplazan personas de todas partes para comprar sus exquisitos productos.
Son tiempos raros, en el ambiente se respira expectación, no expectación de alegría si no de pesimismo, de ¿ y ahora qué? Ya tenemos gobierno, ¿ahora que va a pasar? Una incertidumbre que me da vueltas impidiéndome escribir de mis cosas que hoy me parecen más intranscendentes que nunca. Podría hablar del Centro de Salud y de las navidades que hemos pasado por falta de personal. No se contrata médicos porque no hay, pero personal no sanitario hay en las bolsas de trabajo aunque tampoco se contraten. Podría escribir sobre ello, dar más detalles, pero los columnistas no hablan de su vida, ni de sus trabajos, queda feo, quizás hasta arriesgado, porque más que una columna parecería una reivindicación y para reivindicaciones están los sindicatos, ¿o no?, no sé.
Hay paro aunque se trabaje con menos personal del necesario, no solo en Sanidad. En las pasadas vacaciones he visto bares donde un camarero atendía la barra y las mesas corriendo con la bandejas llena entre manos levantadas que le reclamaban; en los grandes superficies te las ves y deseas para encontrar un empleado; los bomberos reclaman más personal y los policías municipales han disminuido en 125 en toda la región. Estaciones de trenes sin taquilleros, gasolineras sin gasolineros. Aumenta el paro, aumenta el trabajo, disminuyen los trabajadores. Aumenta el número de Ministros y Vicepresidentes, para ellos no hay límites ni recortes. Ya veremos si es para bien y podemos seguir disfrutando sin preocupación de las cotidianidades