Queridos compañeros del club:
Hoy quiero recordar lo que realmente nos une. No es solo el rugido de los motores ni las rutas que compartimos, sino el vínculo que nace cuando confiamos unos en otros. Cuando nos cuidamos en cada curva, celebramos los kilómetros recorridos en cada parada, y—cómo no—cuando nos apoyamos fuera del club, en los momentos difíciles, cuando alguien necesita ayuda o simplemente una palabra de aliento.
Ser parte de Moteros de Hoy es mucho más que llevar un parche en la espalda. Es saber que, pase lo que pase, hay alguien que te respalda, que te espera en la siguiente parada, que te cubre en la carretera y que te acompaña en las buenas y en las malas.
La amistad que forjamos aquí debe ser tan sólida como el acero de nuestras motos. Sigamos construyendo esta hermandad con respeto, con alegría y con la certeza de que juntos somos invencibles. Tras años de experiencia, hemos logrado consolidarnos como un club fuerte, unido y sin enemistades. Por eso, debemos estrechar aún más nuestros lazos y demostrar que los miembros de MDH estamos juntos en esto.
No podemos permitir que se hable mal de otro compañero o que se siembren conflictos dentro del grupo. Si alguien tiene un problema, existe una Directiva para resolverlo. Las rutas y quedadas no son el lugar para arreglar disputas: son el espacio para disfrutar de la moto y de la amistad.
Porque la vida es un viaje, y la moto no es solo un medio de transporte: es una extensión del alma. Al montarla, escapamos, nos encontramos, compartimos, sentimos el viento en la cara y el mundo bajo las ruedas.
Recuerda: Ride to live, live to ride no es solo una frase pegadiza. Es una declaración de principios. Representa una filosofía de vida donde la libertad, la pasión y el espíritu rebelde se funden en cada kilómetro recorrido.
¡El rugido de mi moto es el sonido de mi libertad!
¡Que nunca falte el viento en la cara, el motor encendido y nuestra amistad!
Con todo mi respeto y cariño,
Tony – PicaDura
Presidente de Moteros de Hoy