‘Tears in heaven’ es la canción que Eric Clapton escribió para intentar sobrellevar la muerte de su hijo de cuatro años. Un 20 de marzo de 1991 Conor Clapton, de cuatro años, estaba en su habitación a cargo de la niñera. Parece que unos días antes había asistido a un espectáculo de acrobacia, junto a su padre y esto lo incentivo a hacer piruetas sobre una cama que estaba muy cerca de una ventana. Lo cierto es que solo se trató de un hecho desafortunado que terminó con la vida del pequeño, cuando por descuido cae al vacío desde el piso 53. Los años siguientes estuvieron, paradójicamente, marcados por la estabilidad emocional. Tears in heaven’ fue la canción que salvó a Eric Clapton. Le salvó de sí mismo, de la bebida y las adicciones. Le dio fuerzas para seguir sobrio, para ser mejor persona y para conectar con sus otros hijos. La gente se enamoró de aquella canción por su historia y por su mensaje, por esa delicadeza con la que el guitarrista habla de ese encuentro en el cielo con su hijo pequeño.

Una de las situaciones más tristes y dolorosas a las que tenemos que enfrentarnos tarde o temprano es la muerte de un ser querido. Cuando perdemos a alguien a quien amamos lo normal es encontrarse triste, con la sensación de que algo de ti ha cambiado y se ha ido para siempre. Este dolor varía en su intensidad y forma de manifestarse de unas personas a otras, indica el comienzo de un camino individual e inevitable para aceptar que nuestro ser querido se ha ido para siempre: el duelo.
La palabra duelo (del latín dolus) significa dolor. Según el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales, el duelo es un proceso de intensidad y duración variable por el que pasa un individuo que sufre una pérdida. En sí mismo, el duelo es un proceso normal que cumple una función adaptativa: ayudarnos a asimilar la pérdida y a aprender a vivir sin la persona que se ha ido.
La música es profundamente evocadora y nos produce emociones muy intensas. El amor, la tristeza y la muerte son cuestiones revisitadas de época en época por compositores y cantantes. El tema del duelo también ha sido abordado por la música. A través de las canciones tratamos de drenar el dolor, de conectarnos con ese sentimiento doloroso del que nos alejan los ruidos de la rutina diaria. La música nos conecta de una manera muy profunda con el dolor del duelo y lo hace, además, de una manera espontánea, casi sin proponérselo… en este caso, de este ejercicio de introspección y catarsis nació una de las canciones más hermosas de todos los tiempos y la posibilidad de seguir viviendo para su autor.