La guitarra española también viajó al Nuevo Mundo y ha escrito en él páginas inolvidables con autores como el compositor argentino Alberto Ginastera. La Canción del árbol del olvido es un tipo de composición denominada “vidalita” que sin ser tan conocida internacionalmente como el Tango o la Milonga, es un tipo de canción tradicional argentina que ha tenido cultivadores entre algunos músicos de formación clásica.
La tradición del árbol del olvido puede tener su referencia en un pasaje de la Odisea donde Ulises alcanza la isla de los lotófagos, en África, donde envió tres exploradores para comprobar qué comida podía comprarse. Los exploradores, tras comer unos cuantos frutos del loto ofrecidos por los agradables nativos, olvidaron, inmediatamente, dónde estaban, qué hacían allí e, incluso, sus propios nombres. No querían nada más que pasar el resto de sus vidas comiendo lotos. El árbol del loto, que da la amnesia íntegra, es descrito por Polibio como “árboles africanos de poca elevación, retorcidos y espinosos. (…) Su fruto “tiene sabor parecido a los higos silvestres y a los dátiles.”, esa planta es el zizyphur lotus, cuyo nombre común en español es azufaifo.
En La Eneida de Virgilio, Eneas y la Sibila deben descender al Hades en una caverna profunda y oscura. En el lugar más tenebroso del bosque cruzaron un enorme vestíbulo en medio del cual se erguía un olmo frondoso e inmenso en el que se dice que habitan los vanos Sueños, adheridos a cada una de sus hojas. A su alrededor se congregan los fantasmas de animales fantásticos monstruosos, son meras sombras.
Dejando a un lado el mundo clásico Don Miguel de Unamuno afirmaba:” no me da miedo la muerte, sólo temo al olvido”. Tal vez sea así porque en el mundo actual nos aterra la falta de permanencia en el tiempo, de reconocimiento, nos negamos a ser olvidados. Nos esforzamos en ser productivos y obtener reconocimiento en nuestro entorno. Notamos como el tiempo borra las acciones de nuestros antepasados; engrandecemos los logros de miembros destacados de la comunidad y los emulamos. Realizamos para ellos homenajes tardíos y obviamos sus defectos… En la canción que nos ocupa el tema es más amable, se trata tan solo de olvidar la penas de amores, tal vez para poder amar de nuevo.