Acercándose el día de Extremadura queríamos recordar hoy a Juan Vázquez, nacido en Badajoz hacia 1500, es uno de los máximos representantes de la composición de villancicos renacentistas, hasta el punto de que numerosas de sus piezas fueron adaptadas a cifra y publicadas en cancioneros por grandes vihuelistas de la época. Esta, la versión para voz y vihuela, es la que compartimos hoy. Estuvo unido al grupo andaluz de músicos renacentistas (Guerrero, Morales, etc.). Sus obras más conocidas son las composiciones profanas, de las que destacan los villancicos, las canciones y los madrigales.
Se trata de un autor sobradamente conocido para los amantes de la polifonía de cualquier rincón del mundo, pero en el caso de Badajoz es de justicia recordar los constantes esfuerzos de Don Carmelo Solís por difundir su figura y su obra al frente del Coro del Conservatorio, tarea a la que fantásticas agrupaciones vocales se han ido sumando en el tiempo; y muy especialmente durante este último año el Instituto Extremeño de Canto y Dirección Coral con un ciclo repleto de actividades y conciertos centrados en nuestro compositor pacense.
“Con qué la lavaré“, la obra que nos ocupa, es un villancico, canción que se asocia tradicionalmente a la música religiosa que se canta en Navidad, pero lo cierto es que es una forma musical que aparece en España en la segunda mitad del siglo XV. Eran canciones profanas cantadas por los ‘villanos‘, habitantes de las villas, de ahí el nombre de villancico. Se compone de un estribillo y unas coplas o mudanza. Se cantaba en las fiestas de los pueblos. Posteriormente, empezó a cantarse en los templos y se fue asociando a la Navidad, por lo que fueron prohibidos los villancicos con letras profanas y en su lugar se cantaron villancicos con letras religiosas sobre el Nacimiento de Jesús. De aquí proceden los villancicos actuales.
La letra es aparentemente simple, como todas las de esa época. Pero, también, como casi todas, tiene una pequeña trampa, un mensaje oculto, que se nos hace más oscuro, quizá, por los casi 500 años transcurridos desde su composición, y, probablemente, porque alguna de las palabras que se utilizan han caído en desuso.
La canción es como la reflexión íntima de una mujer que contempla el futuro que se abre ante ella y, ante lo que ve, se siente impotente. Además del lamento por un amor desgraciado, había otro mensaje: El horror de una mujer que ha perdido su honra, porque su amante no quiere “redimirla”, haciéndola su esposa. No sólo su dolor, sino también su desvalimiento.
El claro riesgo de repudio social, de expulsión directa hacia la marginación en una época en que la mujer debía procurarse el sustento estando bajo la protección del varón (padre, esposo…)
Cabe hacer por tanto esta doble lectura de la obra: O como el lamento de una muchacha que, al haber sido deshonrada, ya no podrá acudir al río a lavarse, cómo cualquier mujer de bien, pues será señalada y rechazada por las demás, teniendo que recurrir al agua de limones como lo hacen las llamadas”galanas”. El tono lánguido de la pieza nos hace pensar en esta interpretación. Estamos ante una pieza cercana al madrigal italiano.