Haber conocido a Leo Brouwer este verano en el Festival de guitarra de Córdoba, tener la oportunidad de conversar con él, de aprender en primera persona de este músico que siendo historia viva de la guitarra no renuncia a la humildad y el cariño, ha sido todo un privilegio.
Nace en Cuba en 1939 y es, sin duda, uno de los hombres más carismáticos del universo artístico del siglo. Buscador infatigable, atraviesa todos los movimientos estéticos y éticos que intentan comprender, explicar y resolver las sangrientas convulsiones de este mundo nuestro. Director de Orquesta, compositor y guitarrista (toca, además el violonchelo, el clarinete, la percusión y el piano). Marca un hito en la historia de la guitarra, no sólo como gran intérprete sino además como compositor de primer orden para su instrumento. A lo largo de su vida ha compuesto la banda sonora de centenar de películas, docenas de obras de cámara , conciertos , obras sinfónicas…ha impartido clases magistrales y cursos por todo el mundo; ha dirigido orquestas sinfónicas y de cámara. En 1987 la Asamblea del Consejo Internacional de Música de la UNESCO lo elige Miembro de Honor, recibiendo con Isaac Stern y Alain Danielou el más alto premio en reconocimiento por su vida en la música; honor que ahora comparte con Sir Yehudi Menuhin, Ravi Shankar, Hervert von Karajan, Joan Suteherland, Krysztof Pendericki y otras personalidades del mundo musical.
Hemos elegido interpretar El decamerón negro, que es una suite para guitarra que compuso para la guitarrista estadounidense Sharon Isbin. Está formada por tres movimientos, cada uno de los cuales se corresponde a una balada: El arpa del guerrero (que es la que interpretamos hoy) Huida de los amantes por el valle de los ecos y Balada de la doncella enamorada.
Los títulos de cada movimiento se corresponde a un grupo de leyendas del África negra recogidas por el antropólogo alemán Leo Frobenius a principios del siglo XX, bajo el mismo título de la obra. Fundamentalmente trata de un guerrero que quería convertirse en músico.
El término “Decamerón” está relacionado con Boccaccio ya que Frobenius lo asoció con temas recurrentes presentes en el libro del renacentista italiano por su parentesco con “el sentimiento de lo caballeresco, la riqueza en la fantasía, la astucia y la galantería de los africanos”. Brouwer afirma haberse basado en “El Decamerón Negro” de Frobenius para realizar la composición de su propio Decamerón.