Ahora que faltan los besos, los abrazos, es cuando más los echamos de menos; aquellos besos furtivos alejados del resto del mundo, besos robados que no esperas, besos increíbles cuando descubres que en ellos hay amor y que tienen el mejor sabor del mundo, besos llenos de pasión y que nunca caerán en el olvido, besos definitivos que consiguen sellar una unión para siempre…
Por eso el beso puede convertirse en un sello, en el acto que hace que un nuevo mundo nazca, en una sensación de ser inmortal por la que muchos darían la vida. Los besos son más que la idea romántica de poetas y artistas, son la noción de cómo un amor se concreta que tenemos en la cabeza desde que somos pequeños, ese acto que nos conecta con otra persona y por un momento hace que dos sean uno.
Pero lamentablemente esta crisis nos los ha robado, nos ha privado de muchos besos importantes, como esos besos de despedida en el que dejas parte de tu corazón, ese beso de reencuentro que sabe a gloria y que no quieres que se acabe nunca… Ese beso que te consuela cuando estás triste, ese beso tan necesario en un duelo, como el de nuestro compatriotas que han perdido a sus familiares en la pandemia sin poder despedirse y sin poder recibir el afecto necesario para afrontar este drama social. Ese beso con un abrazo fuerte y sincero, justo ese beso es el que te salva, el que sabes que aunque todo vaya mal ahí es donde quieres estar…
Ese beso de felicidades, de enhorabuena. Ese beso de empezar lo nuevo, ese beso de ánimo, de aliento, de todo va a ir bien… Ese beso tan lleno de ternura que sólo una madre es capaz de dar, ese beso repleto de cariño de un padre que quiere protegerte, en palabras de la periodista Esther Ruiz Moya, son besos de amor, de cariño, de ternura, de sentimiento, de cortesía, de alegría, de exaltación de la amistad, de protección, de mimos…
Besos y más besos… Besos en la mejilla, en la frente, en la boca, en el cuello, en cualquier parte del cuerpo, besos infinitos… Besos que en estos días se extrañan, porque los necesitamos, porque necesitamos sentir, porque necesitamos los labios de otros, porque necesitamos su calor, porque necesitamos besar y que nos besen ¡Porque somos muy de besar!
Por eso, cuando pase todo esto, que pasará… nos volveremos a besar y esos besos cobrarán un nuevo sentido, una nueva dimensión, porque recordaremos que hubo una época en la que no nos pudimos besar, porque un virus quiso que no nos besáramos y lo consiguió.
Con esta canción, “Bésame en calma”, se cierra nuestro segundo disco y está dedicada al beso, ese milagro cotidiano que puede devolvernos a la vida cuando es sincero, cuando es de verdad. Nuestro vídeo es un guiño a la película con más besos de la historia del cine; “Cinema Paradiso”, aquella película fantástica en la que su protagonista, tras convertirse en un director de cine de éxito, regresa a su pueblo natal para asistir al entierro de su viejo amigo que proyectaba las películas en el cine local. Y allí recibe una cinta como regalo póstumo, que debe visionar.
El antiguo operador se había visto obligado a recortar escenas de todas las películas emitidas que el cura del pueblo consideraba podían corromper al público. Y por ese motivo le había obligado a eliminar y destruir cualquier imagen en donde apareciera un cuerpo desnudo, un beso, un abrazo.. por considerarse un escándalo, pero nunca las destruyó sino que las iba pegando unas a otras para salvarlas en un mismo rollo de película y evitar que desaparecieran.
Así que el protagonista entra en el cine, se sienta en una butaca y el nuevo realizador comienza a proyectar la película…
Y en la gran pantalla, las imágenes comienzan a sucederse unas a otras sin ningún tipo de orden. Ante sus asombrados ojos desfilan besos, besos y más besos, de cientos de películas distintas. Todas esas escenas censuradas van adquiriendo una dimensión que trasciende la mera curiosidad, y la película se va tornando cada vez más emocionante.Ya no es una simple sucesión de escenas “censurables”.La cinta restaurada se ha convertido en un auténtico canto al Amor que lucha por sobrevivir.
Nuestro deseo es también sobrevivir a todo esto y recuperar los besos robados.