Muchos desconocen la faceta musical de Federico García Lorca en la que tendrán una significativa importancia las canciones que escuchó desde niño, originarias de distintas regiones de España. Este poeta universal realizó una importante labor como folklorista, preservando parte de la memoria musical de otros tiempos, en la “Colección de Canciones Populares Antiguas”, armonizadas y recopiladas por él mismo. En la primavera de 1931 realizó una grabación de las mismas junto a “la Argentinita”.
La letra y la melodía de esta primera obra de Lorca, “Tres morillas”, nos llevan a los tiempos de la Reconquista, cuando unas pobres morillas, bautizadas a su pesar, van “a rebusco” entre los olivos. El texto original es anterior al siglo XV y se encuentra recogido en el “Cancionero de Palacio”. Pertenece a los llamados romances fronterizos, emparentados con la música andalusí.
Muchas son las virtudes de la poesía tradicional. No son las menores su ambigüedad, la libertad y gozo vital con que abordan algunos asuntos. Es un poema de tema fronterizo, en clave erótica. Las olivas, como las manzanas de la estrofa siguiente, están habitualmente asociadas al encuentro erótico ; pero, sobre todo, el desmayo y la palidez de las protagonistas («y tornavan desmaídas y las colores perdidas») indican cuál es la naturaleza de su aventura. En cualquier caso, el sujeto masculino está enamorado de ellas, sin que sienta la necesidad de justificar o de resolver de alguna forma la diferencia de religiones.El estudioso Julián Ribera descubrió que el romance tiene su origen en una historieta que se atribuye a Hārūn al-Rāsīd en varios libros de ádab, y se reproduce en “Las mil y una noches”. En esta historieta, tres muchachas se disputan las atenciones del califa Hārūn al-Raŝīd que sólo logra agarrar una de ellas, quedando las otras «desmaídas» y con «las colores» perdidas.
En el siglo XVI el pueblo de Hornachos era el principal enclave morisco del reino de Castilla. El control del concejo y su laboriosidad les había convertido en un pueblo organizado y próspero. A pesar de la brutal represión de la inquisición, siguieron practicando en secreto su fe y sus tradiciones. En 1610 la intransigencia religiosa de la sociedad de la época y de sus gobernantes provocó la expulsión de todos los moriscos de los reinos españoles. A su llegada al norte de África, los moriscos de Hornachos volvieron a dar muestras de su gran capacidad de superación. Se instalaron en Rabat y comenzaron a armar barcos para el corso. En poco tiempo su flota contó con decenas de barcos y se convirtieron en una auténtica potencia corsaria reconocida internacionalmente. En 1627 se independizaron del sultán de Marrakech y crearon la república independiente de Salé.