José Pablo Guerrero Cabanillas, que presenta en la feria del libro de Trujillo su último trabajo “Catorce ríos pequeños“,es probablemente nuestro cantautor y poeta más conocido. Nacido en Esparragosa de Lares (Badajoz) en 1946, procede de una familia de pequeños agricultores. Cantante con una larga y reconocida carrera artística. En el 2000 fue galardonado con la Medalla de Extremadura.
En 1969 da sus primeros pasos como profesional en el mundo de la canción al presentarse al Festival de Benidorm. Lo hizo con la canción Amapolas y espigas y ganó el premio a la mejor letra, en 1972 Pablo Guerrero graba su primer disco (LP), A cántaros. La canción del mismo nombre llevaba un subtítulo bastante largo («Tú y yo, muchacha, estamos hechos de nubes»), rápidamente la canción se convirtió en uno de los himnos libertarios de la época. A cántaros cayó en gracia y llevó en 1975 a su creador hasta el Olympia de París, entonces paso obligado para la consagración de los cantautores antifranquistas, condenados en España en una semiclandestinidad vigilada por la Brigada Político-Social. El 2 de marzo se grabó el correspondiente elepé en directo pero hoy el intérprete y sus músicos recuerdan las estrecheces del momento: durmieron en el suelo del apartamento de un simpatizante parisiense. No había mucho glamour en la canción de autor.
Probablemente alguna inspiración llegó con “A Hard Rain´s a gonna fall” de Bob Dylan (1963)
¿Dónde has estado hijo mío? ¿Dónde has estado, querido mío?
He estado dando tumbos a la orilla de veinte montañas brumosas.
He pasado por el centro de siete bosques sombríos. He caminado y me he arrastrado a lo largo de seis caminos tortuosos.
Me he perdido frente a una docena de océanos muertos.
He estado a diez mil millas de altura, en la cumbre de un camposanto.
Y va a llover, va a llover, va a llover a cántaros.
-“Siempre se mostraba muy tímido”, nos cuenta nuestro paisano José Cuello Florido, compañero de estudios de Pablo en su paso por el seminario diocesano de Badajoz; “pero era un joven de sonrisa fácil que rebosaba humanidad. Más bien alto pero muy delgadito siempre con pelo largo y un flequillo le tapaba la frente. Siempre nos sentimos muy cerca; ya que compartíamos el mismo pupitre de dos plazas en las horas de estudio y de clase, esa fue la razón de ir fraguando una buena amistad. No quiero de dejar de recordar la imagen de su madre; una mujer muy alta y siempre vestida de negro a la antigua usanza de cómo vistieron las extremeñas de la época, con su refajo y mantón cubriendo su figura femenina; que terminaba con gorro negro a su cabeza formando un pañoleta de tres picos. Se veía con mucha frecuencia esa forma vestir que por la zona de la (Serena) aún se conservaba. Solía acudir cada semana, con su bolsa de la ropa y un guarda pan grande donde si mal no recuerdo traía hasta la capital pacense el riquísimo queso de oveja que en su casa elaboraban, de su propio rebaño. Siempre acompañé a Pablo en ese ir y venir donde todos los movimientos eran controlados. Otras cosas que recuerdo de Pablo era su afición a escribir y tocar la guitarra, todos sus ratos libres a ella se los dedicaba poniéndole música y alma a sus poemas”.
Como todo artista encadenado a una canción, Pablo confiesa una relación tormentosa con “A cántaros”. Durante años, se negó a incluirla en sus directos. Hasta que un amigo le rogó que la cantara en el funeral de su mujer. Brotaron lágrimas torrenciales y Pablo decidió que aquello era demasiado grande para ignorar.
Musicalmente parte de armonías y melodías tradicionales de Extremadura aderezadas con sonidos del folk americano, el rock, el jazz o el flamenco. A mediados de los años 80 introdujo ritmos africanos y de otras culturas, además de sonoridades más vanguardistas como el minimalismo, la música aleatoria, o la música electrónica. Su evolución musical y poética ha marcado pautas vanguardistas entre el resto de los cantautores, siendo uno de los que más poesía aporta a la canción popular española desligándose de las corrientes del rock y sintiéndose más cercano a la música de fusión y al sentir de los ritmos africanos.En palabras del productor Ismael Serrano: Pablo es una referencia para los cantautores de este país, no sólo porque es autor de canciones maravillosas, sino porque es un ejemplo de inquietud musical, de búsqueda permanente, y ejemplo también de honestidad y coherencia. Su nuevo disco que abraza árboles y almas se llama ‘Catorce ríos pequeños’…. y, como hemos mencionado al principio, estos días tenemos la oportunidad de disfrutarlo en nuestra tierra.