Podemos definir la ambición como un deseo ardiente de conseguir poder, riqueza, dignidades o fama.
El problema de la ambición no radica en el nada censurable deseo de prosperar, ni en querer aspirar a un mejor nivel de vida, sino en llegar a creer que la vida se basa en lucha, violencia y en un sin vivir por la riqueza, alabanzas o admiraciones.
Cuando la ambición es el motor de la conducta y el estilo de vida, lo primero que hace es convertir al ser humano en infeliz y destroza su corazón y nobles sentimientos.
Lleva a conseguir más y más cosas materiales pues sus vidas están vacías. Amasar dinero, propiedades y aumentar patrimonio son los motivos por los que no se duerme. Digo yo. O quizá si… ya dudo que hasta todo esto que digo sea cierto.
Si me lo permiten traigo a Maquiavelo. Nos describe perfectamente cómo todas las personas ambicionamos más de lo que tenemos y por eso nos sentimos inseguros.
Siendo insaciables los deseos del hombre, porque su propia naturaleza le impulsa a quererlo todo mientras sus medios de acción le permiten conseguir pocas cosas, resulta continuo disgusto en el entendimiento humano, desdén por lo poseído y, como consecuencia, maldecir los tiempos presentes, elogiar los pasados y desear los futuros, aunque para ello no tengan motivo alguno razonable. (Maquiavelo, Discursos, 2, Prólogo)
Maquiavelo nos indica que queremos siempre más de lo que podemos abarcar, por eso la felicidad nos rehúye.
El miedo a perder agita tanto los ánimos como el deseo de adquirir, no creyendo seguro los hombres lo que tienen si no adquieren de nuevo. Además, cuanto más poderoso mayor es la influencia y mayores los medios de abusar. Y lo peor es que los modales altivos e insolentes de los nobles excitan el ánimo de los que nada tienen, no sólo el deseo de adquirir, sino también el de vengarse de ellos, despojándoles de riquezas y honores que ven mal usados. (Maquiavelo, Discursos, 1, VI)
La ambición y el miedo a la pérdida mueven a la Humanidad, nos cuenta Maquiavelo. Y como los poderosos son los que más ambicionan, dan este mal ejemplo a los demás que siguen la misma senda con envidia hacia los anteriores.
Otra incomodidad quizá pero me arriesgo. Les invito a que visualicen este video de apenas 3 minutos.
¿Después de ello podremos concluir que la ambición humana es igual a ‘estupidez’?
La ambición desmedida puede perjudicar a los ambiciosos y a todo un pueblo.