Dentro de la vida de la iglesia católica hay santos que cobran especial devoción y cariño como es el caso de nuestro San Valentín, que en su día fue mártir y si algo nos queda de él es que entregó su vida por amor. Después la tradición popular fue encargándose de asociarlo a uno de esos días que en el calendario figura como el día del amor y de los enamorados.
Por eso hoy apropósito de San Valentín, y tomándolo quizás como una excusa para muchos o bien como un día especial para celebrar el amor para otros, también yo lo aprovecho para dedicar unas líneas a una de esas formas de amor que es el amor en pareja.
El enamoramiento es algo especial que se vive en esos primeros instantes donde comienzas a fijarte en el otro y salta la magia. Incluso es necesario en los primeros momentos que se está formando la pareja, pero para que la pareja se construya como tal es necesario que hayan muchos más ingrediente para que eso pueda lograrse.
“La pareja tiene que ir descubriendo a lo largo de los ciclos evolutivos de su vida en pareja aprender a danzar desde distintas maneras, para adaptarse engranarse y complementase para que así ambos puedan encontrarse”.
– Joan Garriga-
En todo ese recorrido cuando se decide realmente apostar por un nosotros como pareja uno va acercándose a una madurez en el amor que pide compromiso y compromete. Así es como el amor se convierte en una decisión, porque parte no solo de ese sentimiento amoroso sino de la voluntad de apostar y luchar por él cueste lo que cueste.
Pero a su vez ese nosotros, tiene que ser vivido como un encuentro en la diferencia porque construir una pareja lleva implícito la polaridad de la diferencia. Donde formar ese nosotros lleva ese reto constante de respetar la identidad y aceptar la legitimidad del otro sin quererlo cambiar.
E incluso construir la pareja supone esa difícil estrategia de no retirarse, y permanecer y convencerse continuamente de la decisión y compromiso adquirido con el otro: “te elijo siempre a ti, aunque te equivoques”.
Es todo un camino que ambos tienen que hacer juntos. Y afortunada es la pareja que puede mirarse y decir: “Me alegras que así seas, tal como eres, así está bien”.
Además si a la relación de pareja le añadimos -como decíamos- algunos ingredientes como: la confianza, la escucha, el perdón, la pasión, la comprensión, la sorpresa, el respeto, la generosidad, etc. Todo sumará para ayudarles a que ambos puedan crecer y que la propia relación también pueda hacerlo.
El amor es el regocijo por la sola existencia de la persona amada.
-Josef Zinker-
¡Feliz día de San Valentín para todos! pues que apropósito de esta fiesta, sea bienvenida para que pueda convertirse en un motivo más para celebrar el amor.