Cada día que pasa nos llega tanta información sobre el momento que vivimos que intentar recoger las medidas que nos proponen parece casi imposible. Sin embargo, a mi juicio y ante esta situación excepcional puede estar en nosotros el reto constante de poner en juego nuestros recursos y de desarrollar nuestras propias medidas excepcionales.
Vivimos momentos en donde nos encontramos en una situación de confinamiento – una palabra que hace apenas unos días no estaba presente en nuestro vocabulario- sin embargo, a día de hoy ya forma parte de nuestra vida, y actúa en nosotros quitándonos esa libertad de movimiento que tan solo hace apenas unos día atrás podíamos decir que teníamos. Sin embargo y aunque podamos dudarlo, la verdadera libertad al fin y al cabo es la interior; es decir la que tú decides y con la que te comprometes, no con la que te permiten. Hay varios ejemplos en la historia de nuestra humanidad que nos dan muestra de ello, como la historia de la tan conocida Ana Frank, recluida en su casa con su familia durante dos años ocultándose de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Por lo cual, está en ti el decidir cómo afrontar este tiempo.
Si la vida te da limones, haz limonada
Hoy la vida te regala un día más para darte la oportunidad de seguir viviendo, para seguir ante todo amando, y para ello… ¿por qué no comenzar a desarrollar medidas excepcionales para vivir mejor este tiempo?
Dice el libro del Eclesiastés que todo tiene su momento y así es, también este tiempo puede ser un momento adecuado para tener presente una serie de medidas que nos ayuden al autocuidado personal de nuestra propia salud mental. Os propongo las siguientes:
1. Favorecer en nosotros la paz y no permitir que nada ni nadie nos la quite.
2. La fe y la confianza como estrategia contraria a quererlo controlar todo.
3. Alentar, apoyar, animar y todo aquello que pueda estar en nuestra mano para aportar palabras llenas de esperanza.
4. Desarrollar la creatividad.
5. Fomentar el buen humor libera endorfinas, que es la hormona del bienestar.
6. Tener momentos de autocompasión cuando se debiliten las fuerzas.
7. Descargar nuestra tensión con aquello que más nos ayude: bailando, haciendo ejercicio, etc.
8. Tener momentos para nosotros para nuestro cuidado personal.
9. Favorecer la cohesión y la cooperación nos ayuda a colaborar juntos.
10. Desarrollar nuestra generosidad dando apoyo con los que están más cerca y con los que están más lejos.
Realmente estas diez medidas podrían considerase excepcionales en estos momentos, pero sería un gran desafío para nosotros incorporarlas a nuestra vida normal cuando todo esto pase. De tal manera que ya no sean medidas sino actitudes y aptitudes, que se han ido desarrollando a partir de esta experiencia de resiliencia, fuerza que nace del interior de la persona para poder superar a veces lo que se considera insuperable y así recordarnos, como dice el estribillo de una canción:” que las tormentas no duran para siempre” ¡Mucho ánimo y adelante!